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Maella es una localidad de unos 2000 habitantes.
Dos monumentos llaman la atención: la torre del reloj y el castillo palacio.
La primera, edificada en las siglos XV y XVI, tiene 48 metros de altura y forma octogonal en su parte superior. Es unos de los pocos ejemplos de torres civiles en Aragón y está completamente restaurada. Da cobijo al salón de sesiones del Ayuntamiento, a las oficinas municipales y a la capilla de la Virgen del Portal.
El castillo palacio de los Ariño y Almazán se encuentra actualmente en estado ruinoso, pese a lo cual conserva su monumentalidad. Junto al castillo se edificó la iglesia parroquial, separados ambos por un portal que cerraba la población, y sobre el que había una pasarela elevada que los comunicaba. Tiene una leyenda en la que una joven se corta la mano por amor (http://www.castillosdearagon.es/index.php?sec=6&fort=396).
En esta localidad nació el ilustre escultor Pablo Gargallo, y su casa natal se ha convertido en museo.
El castillo palacio de los Ariño y Almazán se encuentra actualmente en estado ruinoso, pese a lo cual conserva su monumentalidad. Junto al castillo se edificó la iglesia parroquial, separados ambos por un portal que cerraba la población, y sobre el que había una pasarela elevada que los comunicaba. Tiene una leyenda en la que una joven se corta la mano por amor (http://www.castillosdearagon.es/index.php?sec=6&fort=396).
En esta localidad nació el ilustre escultor Pablo Gargallo, y su casa natal se ha convertido en museo.
También podemos encontrar la Iglesia de Santa María, cedida en 1610 a la orden franciscana, la Iglesia de San Esteban y la Ermita de Santa Bárbara.
Cerca de Maella, camino de Fabara, encontramos la ermita del Cristo de la Zarza, y las ruinas del monasterio trapense de Santa Susana, del que se conservan la capilla y la hermosa torre.
También por los alrededores podemos encontrar el Mausoleo de Fabara (S. II), uno de los mejores conservados de España.
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